domingo, 26 de febrero de 2012

¿TENGO ESPOLÓN O FASCITIS?

Hoy en día, debido a múltiples causas tales como trabajar muchas horas de pie, la gran afición a la práctica de atletismo, el uso de mal calzado, el sobrepeso o por un factor genético, existe un gran porcentaje de la población que sufre de dolores en la planta del pie. Una de las estructuras que, frecuentemente, se ve afectada, es la fascia plantar.

La fascia plantar es una estructura formada principalmente de colágeno, fina y resistente, extendiéndose en forma de triángulo por la planta del pie, teniendo su base en el nacimiento de los dedos y su vértice en la zona interna del talón. Se encarga de mantener de manera pasiva la estructura del pie, y se ve afectada por el estado de la musculatura plantar. Muchas veces los dolores en la planta del pie que se toman como fascitis son en realidad dolores musculares.


Centrándonos en los dolores que provienen realmente de la fascia, podemos diferenciar eminentemente dos. Dolor del cuerpo de la fascia (dolor en el arco plantar que se evidencia con un engrasamiento del cuerpo de la fascia) y dolor de la inserción de la fascia en la zona interna del hueso calcáneo (talón), el dolor más típico y que será del que nos ocuparemos.


La fascia plantar, como otras estructuras del cuerpo tales como los tendones, se componen principalmente de Colágeno tipo I, y al igual que estos, tensiones continuas, impactos, sobrepresiones, hacen que se vayan degenerando. Su composición interna cambia, y cambia también su metabolismo. La nueva formación degenerada, que puede tardar años en consolidarse, da como resultado una fascia engrosada donde ha aumentado importantemente la degeneración de la matriz celular, la concentración de Colágeno tipo III, la acumulación de sustancia P y neurotransmisores excitatorios. Esto irrita las terminaciones nerviosas circundantes, provocando los típicos dolores de talón.
a zona interna del hueso calcáneo (talón), el dolor más típico y que será del que nos ocuparemos.

A lo largo de esta pequeña y escasa explicación he obviado el uso de la palabra inflamación, dado que generalmente no existe. Por tanto deberíamos cambiar nuestro razonamiento sobre ésto y cambiar el término FASCITIS por FASCIOSIS, es decir, cambiar el pensamiento de que está inflamado por la realidad, la degeneración del tejido. Esto nos permite explicar por qué el uso continuado de antiinflamatorios no tiene más efecto que un mero acto analgésico y no curativo, y también entender o preguntarnos si esta justificado el uso de infiltraciones con corticoides (importante antiinflamatorio) cuando parece demostrado que favorecen la degeneración.



A nivel óseo, en la inserción de la fascia, la acumulación ya mencionada de sustancia P y otras, provoca una degradación obvia con pruebas de imagen, en la cortical del hueso, es decir, donde se encuentran estas sustancias, se puede ver como la superficie del hueso posee una erosión.



Esto unido a los cambios metabólicos que se producen dentro de la fascia por la DEGENERACIÓN, hace que sea muy frecuente en fasciosis de larga evolución, la presencia de una calcificación (por acumulo de calcio de manera anómala) que tiene la característica forma de pico o ESPOLÓN.

La aparición de esto en una radiografía nos llama mucho la atención, he identificamos el dolor con que nos pincha. Pero esto no es así, y a ojos expertos, lo único que nos da es información del nivel de avanzada que está la lesión. Cuando se realizan cirugías para solucionar el dolor en el talón, el raspado del espolón, conlleva hacer desaparecer éste, pero también un sangrado y una gran reacción inflamatoria que harán recomenzar un proceso curativo del tejido. Aún así no son pocas las cirugías que fracasan. Solucionar un dolor en el talón derivado de la fascia conlleva un trabajo para cambiar la realidad interna de ésta, pero también trabajo muscular amplio del miembro inferior, estudio de los apoyos en la pisada, etc.

Actualmente en la Clínica de Fisioterapia Delta, trabajamos esta lesión siguiendo las últimas líneas de tratamiento de Fisioterapia.

El trabajo global de la musculatura, sus puntos gatillo, el estudio de los apoyos y del calzado, y el trabajo con EPI para cambiar la composición real de la fascia y revertir esa degeneración, son las líneas principales de tratamiento. A partir de hoy, y como siempre intentando ir al paso de los últimos avances de la Fisioterapia en conjunto con otras profesiones, el uso de Plasma Rico en Plaquetas será un nuevo arma en la lucha contra esta lesión.

EPI en una fasciosis, vemos la entrada de la aguja y la aparición del halo blanco, signo del efecto de la EPI:


Seguimos avanzando...